jueves, 13 de noviembre de 2014

Sobre putas, trolas y solidaridad masculina

Situación: se juntan dos amigos (hombres ambos dos preferentemente) al día siguiente de una noche de fiesta en donde el sujeto A, que por ser alguien despreciable y que no nos va a caer bien, llamaremos Orugario (en honor a un diablo del libro "Cartas del diablo a su sobrino" de C.S. Lewis, lectura recomendada a todos) y el sujeto B, que por ser solo un personaje accesorio, seguiremos llamando B.
Luego de unos breves saludos y algún que otro comentario sobre la borrachera de la noche anterior, Orugario comenta, con una sonrisa cómplice.
-Chabón, ¿viste la minita con la que me fui anoche del boliche? Re trolita terminó siendo, entregó de toque".
Analicemos el comentario.
Para empezar, daremos por sentado que es verdad que hubo sexo la noche anterior, aunque no sería raro que Orugario estuviera tratando de impresionar a su amigo para quedar como un winner. Si , de hecho, hubo sexo la noche anterior, tampoco es muy loco pensar que la muchacha, a quien injustamente olvidamos darle un nombre, no tuvo sexo sola (la vamos a llamar C, porque en este caso ella tampoco es importante, vamos a concentrar nuestro odio en el amigo Orugario). Si C no tuvo sexo sola, y lo que dice Orugario es verdad, entonces también es válido sospechar que fue, en efecto, Orugario la otra parte del coito (abandonando toda pompa y gala, que palabra de mierda, coito... horrible). Y si Orugario fue la otra parte, eso automáticamente lo convierte en una "trolita" también. Ahora que sé lógica puedo asegurar que mi línea de razonamiento no tiene fallas.
Así que Orugario también es una trolita. O no. Pero si él no lo es, entonces tampoco lo es C, ya que ambos tuvieron el mismo accionar. También podemos decir que Orugario es un imbécil, y que básicamente C le hizo un favor al acostarse con él, pero eso es solo una opinión personal. Un momento, yo estoy escribiendo esto... mis reglas. Orugario es un imbécil.
Tratando de ponerme en el lugar de Orugario (no es difícil ya que varias veces no pude evitar ser él, me remito a la primer entrada de este blog y le echo la culpa a mi mamá) voy a tratar de seguir su línea de razonamiento.
Estoy en el boliche y veo una chica que me gusta. De algún modo me acerco a ella, con el objetivo claro que como mínimo le quiero dar un beso, por no decir romperle la boca, chaparla, comermela y otras procacidades que pueden seguir. Por algún motivo, ya sea por mis habilidades para convencer a C o simplemente porque le gusté, ella busca lo mismo que yo. Entonces nos vamos y pasa lo que pasa. O sea que C (olvidándonos que ella tambien quería algo) hizo lo que yo quería que hiciera. Acá también vamos a suponer que lo hizo bien. Y eso la convierte en "trolita". ¿Tiene sentido, no?
Por algún motivo, si bien Orugario y C hicieron exactamente lo mismo, hablando mal y pronto, coger, Orugario es una suerte de "ganador" y C es una "trolita". Y lamentablemente Orugario no es el el único que lo ve así. Está validado por B y probablemente por todo su grupo de amigos. Cambio de opinión, ahora B nos cae mal también.

Solo por deporte, vamos a analizar la misma situación pero con un desenlace distinto:
-Chabón, ¿viste la minita con la que me fui anoche del boliche? Terminó siendo una histérica de mierda, me la comí un par de veces y después se fue a la casa, me dejó re manija-
Orugario, sos un imbécil.
O sea que, si C se acuesta con Orugario, es una trolita. Si C no se acuesta con Orugario, es una histérica de mierda. Pobre C, no tiene escapatoria. Por suerte a C ni le va ni le viene lo que opinemos de ella, tiene la autoestima bien en su lugar y sabe lo que quiere.
Hay una infinidad de motivos por los cuales C pudo haber decidido no acostarse con Orugario, pero solo vamos a enumerar algunos:
-No tenía ganas
-Orugario, de pronto, dejó de parecerle atractivo (probablemente se dió cuenta de que era un imbécil).
-Se sentía mal.
-Se empezó a sentir mal.
-Se acordó que estaba indispuesta (basta de giladas, no es algo feo, lo feo es cuando una no está indispuesta y no está segura del por qué)
-NO QUISO QUEDAR COMO UNA TROLITA.

Y acá es donde entra la solidaridad masculina del título, Orugarios del mundo. Dejen de llamar trolitas, putas, putitas, fáciles, rápidas, etc, a las mujeres que por el motivo que fuere decidieron acostarse con ustedes. Lo único que logran, además de inhibir a las chicas, es que los pobres infelices que estamos intentando ponerla no podamos. 

¿Algún publicista que quiera armar una campaña al respecto?

JMR


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